LLegar a Sienes costó lo suyo. Los ventisqueros de Barahona un infierno.Damos las gracias a dos de los amables pobladores de Barahona que con su landrover verde y su tiro de cadena nos sacaron del ventisquero donde parecía que nos ibamos a quedar enterrados en nieve. Pasaron tres quitanieves y aquello parecía que no iba a acabar nunca. Dos horas y media y al final le dimos la razon al de la máquina: "Pero que bien habíamos estado en casita" en lugar de tanta aventura. A toro pasado, que bonito parece contarlo, pero en el momento de la vivencia... que dos horas y media parezcan un ratillo de apenas quince minutos es una jugada maestra del cerebro. Todavía tengo las yemas de los dedos con hormigueo de sensación de congelación.
¡¡Vaya historieta para no repetir!!!
A mitad de la paramera un chorro de viento infernal provocaba un sifón imparable , con arrastre de nieve a velocidades increibles. Ya nos dijo el de Barahona : "Esto es siempre la misma historia, cada vez que nieva tenemos la misma cantinela".
