20.8.12

LA FUENTE DE LA MORA

Aquella noguera, con su enorme brazo, era uno de los sitios ineludibles de diversión en nuestras correrías de aventureros infantiles. Adentrarnos en el Hocino de Tobes, era llegar al oasis inesperado, a un terreno secreto que cada vez te mostraba algo nuevo. Pasadizos tupidos,  zarzas entrelazadas,   hierba fresca,  florecillas salvajes, algún que otro olivo. Descubrir el único  estanque de la zona y meter los pies para refrescarlos y quitarles el polvo del camino. Localizar la puerta de alguna de las cuevas o la Fuente de la Mora. Todo  un reto en aquel laberinto de follaje enmarañado y que alguna vez ....
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