17.2.13

La Fuente

FUENTES DE VIDA

LA FUENTE


 Es su nombre, no tiene otro. La fuente, la de toda la vida. No hace falta matizar. Su nombre propio es: La Fuente.


Las otras sí que tienen nombres específicos, pero  la que está en el centro del pueblo, no lo necesita.  


Su evolución y su ubicación han cambiado, como lo ha hecho también  pueblo.


Nos puede gustar más o menos, pero todo cambia. Si recordamos  los míticos años sesenta, todavía podemos  ver una fuente rectangular hecha con enormes sillares de piedra. Tenía el toque especial de las fuentes de los pueblos de la zona. Era la moda del momento. Una moda práctica apropiada a los materiales. No he conseguido saber cuando se hizo, probablemente a principios de siglo 20, pero es una especulación. Los más viejos del pueblo recordaban ir a la fuente vieja a por agua. Por tanto es deducible esa fecha.

Los  nuevos diseños y las curvaturas las introdujo el cemento en los años sesenta.

El centro de la vida social iba cambiando. La picota era un estorbo en la nueva urbanización del pueblo. Las torrenteras y los desniveles, un obstáculo para los nuevos tractores que empezaban a moverse por el pueblo. Eran tiempos nuevos y se necesitaba un nuevo diseño “urbanístico”  una nueva fuente.
Todavía seguían confluyendo, en  las horas punta, un número abultado de  parejas de yuntas para abrevar alrededor de la nueva fuente. Se sigue yendo  a repostar con botijos , calderos ,cantaros, botijas, algunos dotados de más ingenio, el tío carpintero, incluso diseñó un aparataje para que no rozaran los calderos en las piernas.
 Hay que llevar agua a las casas y habrá que esperar hasta los años 70 para que se produzca el milagro. Será el momento de ver correr el agua por las pilas de los portales y de los primeros baños.. Agua que viene por su propio peso. Pero, cómo es posible que esto haya tardado tanto, si ya lo habían inventado los romanos… Sienes , como muchos otros pueblos, se toma su tiempo. Es un pueblo de poco a poco.
La fuente sigue siendo punto central de infinitas conversaciones.  Enamorados que aprovechan el momento de decirse algo aprovechando el susurro del agua. Niños que chapotean  planeando aventuras, curtidos labradores de regreso a casa, mujeres llenando al el caldero de agua para echar a los animales…
Peleas de agua al salir de la escuela, barquichuelos de papel flotando a duras penas…
No tardarán en aparecer los peces, la nueva fauna  que viene a llenar el espacio  que dejaron  las mulas y machos que abrevaban después de la dura jornada.

 Y en los últimos tiempos  la frase  “al pilón” tiene un componente lúdico festivo que todavía resuena en el alma fiestera de peñeros y trasnochadores  con ganas de remojón y  necesidad de apagar los activos etílicos.
Es la fuente, la que últimamente se seca “porque sí” o porque, a saber qué le está pasando a esta atmosfera y a este cambio climático. Y ahí sigue centro neurálgico de la vida del pueblo, objeto de miradas y de fotos para la posteridad.