FUENTES DE VIDA
LA FUENTE
Es su nombre, no tiene
otro. La fuente, la de toda la vida. No hace falta matizar. Su nombre propio
es: La Fuente.
Su evolución y su ubicación han cambiado, como lo ha hecho
también pueblo.
Nos puede gustar más o
menos, pero todo cambia. Si recordamos
los míticos años sesenta, todavía podemos ver una fuente rectangular hecha con enormes
sillares de piedra. Tenía el toque especial de las fuentes de los pueblos de la
zona. Era la moda del momento. Una moda práctica apropiada a los materiales. No
he conseguido saber cuando se hizo, probablemente a principios de siglo 20,
pero es una especulación. Los más viejos del pueblo recordaban ir a la fuente
vieja a por agua. Por tanto es deducible esa fecha.
El centro de la vida social iba cambiando. La picota era un
estorbo en la nueva urbanización del pueblo. Las torrenteras y los desniveles, un
obstáculo para los nuevos tractores que empezaban a moverse por el pueblo. Eran
tiempos nuevos y se necesitaba un nuevo diseño “urbanístico” una nueva fuente.
Todavía seguían confluyendo, en las horas punta, un número abultado de parejas de yuntas para abrevar alrededor de la
nueva fuente. Se sigue yendo a repostar
con botijos , calderos ,cantaros, botijas, algunos dotados de más ingenio, el
tío carpintero, incluso diseñó un aparataje para que no rozaran los calderos en
las piernas.
Hay que llevar agua a
las casas y habrá que esperar hasta los años 70 para que se produzca el
milagro. Será el momento de ver correr el agua por las pilas de los portales y
de los primeros baños.. Agua que viene por su propio peso. Pero, cómo es
posible que esto haya tardado tanto, si ya lo habían inventado los romanos…
Sienes , como muchos otros pueblos, se toma su tiempo. Es un pueblo de poco a
poco.
La fuente sigue siendo punto central de infinitas
conversaciones. Enamorados que
aprovechan el momento de decirse algo aprovechando el susurro del agua. Niños
que chapotean planeando aventuras,
curtidos labradores de regreso a casa, mujeres llenando al el caldero de agua
para echar a los animales…
Peleas de agua al salir de la escuela, barquichuelos de papel
flotando a duras penas…
No tardarán en aparecer los peces, la nueva fauna que viene a llenar el espacio que dejaron
las mulas y machos que abrevaban después de la dura jornada.
Y en los últimos
tiempos la frase “al pilón” tiene un componente lúdico festivo
que todavía resuena en el alma fiestera de peñeros y trasnochadores con ganas de remojón y necesidad de apagar los activos etílicos.
Es la fuente, la que últimamente se seca “porque sí” o porque,
a saber qué le está pasando a esta atmosfera y a este cambio climático. Y ahí
sigue centro neurálgico de la vida del pueblo, objeto de miradas y de fotos
para la posteridad.