El escenario es el mismo pero han transcurrido 40 años, más o menos. ¿Qué es eso en la historia de un pueblo?Nada... y mucho. El bucle del espacio tiempo se solapa y estira sin darnos apenas cuenta.
Pasan las gentes, cambia el urbanismo, evoluciona el paisaje, se renueva la población, se mejoran las infraestructuras. Google se pasea como Pedro por su casa. Las tertulias continúan en los mismos lugares: El tío Alejandro, el tío Carpintero, el Pablo Roque, el tío Silverio... susurran en el pliegue temporal de su esquina, aquella en la que tomaban el fresco, y ahora ya sin la piedra cortavientos y sin la dureza del poyo, han tomado el relevo en la palabra, el Antonino., la Maruja , el bombero...y los que se van sumando al fresco.
Y Los que hemos sido moradores de estas piedras, hemos ido viendo pasar el tiempo de manera inexorable. Ya no huele tanto a ovejas, a mies recién cortada, a los boñigas de las mulas en su acarreo estival, a las cabras recogiéndose en la última hora de la tarde.
Ya no hace falta coger el caldero y bajar a la fuente a por agua para echarles a las gallinas.Ni tener el arado preparado en el poyo frontal de la casa, para engancharlo a la yunta en los momentos de labranza.
Si agrandamos la foto apenas descubriremos lo que pasaba por Sienes. Pero si cerramos los ojos y recordamos la foto en su complejidad, veremos todo aquello que hayamos vivido desde nuestra propia experiencia. Oleremos nuestro pasado. Sentiremos nuestra linea del tiempo y lo más valioso nos transportaremos al momento que escojamos de nuestro propio recuerdo.
Os invito a hacer vuestro propio montaje temporal y compartirlo con todos los sieneros que estén dispuestos a pasear por esa ventana del tiempo.
